Velas de cera de abeja

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Descripción

Velas de cera de abeja, un remedio para el asma, dulzura para el alma.

¿Pero sabías de las buenas propiedades que tienen las velas de siempre, las de cera de abeja? Las personas con asma, alergia, rinitis ven mejorar notablemente sus síntomas con solo encender una vela de cera de abeja. Les cuesta mucho menos respirar, y duermen mejor. A veces los síntomas desaparecen completamente después de quemar velas durante varios días.

La cera de abejas produce iones negativos que limpian el aire. Estos iones son como aspiradoras naturales que limpian de polvo, moho, virus, bacterias, y otros contaminantes. Una vela de cera desprende un olor, dulce, refrescante, purificante, huele a miel y a dulzura. Aunque estas velas son más caras que las corrientes de parafina, duran mucho más, y lo más importante, favorecen la salud, en lugar de disminuirla.

El color de las velas de cera abarca distintos tonos de ámbar Algunas velas de cera son de color muy claro, casi blanco. Otras, de color mucho más oscuro. Puede que resulten más bonitas las claras, sin embargo, cuanto más oscuras, mayores son sus propiedades, la cera ha pasado más tiempo en el panal, y está más cargada de las buenas propiedades.

Velas de cera de abeja 100%, un remedio eficaz para el asma y dificultades respiratorias, libre de patentes, de efectos secundarios, y accesible en cualquier lugar de la Tierra donde haya flores. Y cargadas de dulzura celestial.

Hasta hace unos pocos siglos las velas se elaboraban con cera de abeja. En tiempos más recientes, se se fueron sustituyendo por velas de sebo, fabricadas con grasa animal. Y por fin en los útimos tiempos, se han sustituído por las velas de parafina que conocemos hoy en día. La parafina es un residuo del petróleo, consiste en los pozos que quedan en el fondo de los barriles de petróleo crudo. Es un producto residual que antes no tenía ninguna salida. Estos posos se blanquean con benceno (que en el aire es tóxico) y se tratan con diferentes disolventes químicos. Cuando se queman estas velas, emiten hollín y humo, toxinas, y agentes carcinógenos. Nadie compraría velas de parafina si no se eliminara antes el mal olor que producen (similar a los humos del gasóil) con aromas sintéticos, muchos de los cuales son irritantes. Si se supiera que que el hollín, el humo y los residuos químicos de esas velas pueden adherirse a las paredes y al techo, es posible que nunca se encendieran. Bueno, ahora ya lo sabemos